mi padre

Bueno he mencionado dentro del blog la situación de la salud de mi padre, pero no he comentado el detalle de la misma y con el comentario de hace rato de mi desesperación he levanto mas de alguna ceja cpor el tono del mismo.

Mi padre siempre fue un hombre muy corpulento, con 1.87 de estatura y 125 kilos de peso. Toda su vida fue el alma de la fiesta con un carácter alegre y la habilidad para hacer reír a todo mundo, una simpatía tremenda y gran facilidad para hacer amigos. Eso si, siempre bebiendo. Recuerdo las largas fiestas en casa que llegaban a durar desde el viernes hasta medio día del domingo y los días en que mi madre nos preparaba a mi hermano y a mi el desayuno para llevarnos a la escuela mientas la fiesta estaba aun en la sala. Eso si.. mi padre nunca falto al trabajo ni dejo de darnos todo lo necesario. Todo, dicen, tiene su precio; en Mayo de 1999 y estando ya mis padres divorciados, se le diagnostica Cirrosis hepática, para entonces pesaba 95 kilos y su caracter había cambiado, frecuentaba pocas personas y su consumo de alcohol, de por sí alto, había aumentado considerablemente.

En Octubre de ese año tuvo su primera crisis, fue horrible estar en la sala de urgencias esperando cualquier noticia y que te manden a casa porque hasta la mañana dirían; “despertar” (quién pudiera dormir) con el llamado del médico pidiendo nos reuniéramos todos porque nos tenía noticias: Lo sentimos, hemos hecho todo lo posible y dada la situación de su papá no hay nada más., les daremos un cuarto y esperen lo peor, le damos un par de días. Sorpresiva, milagrosamente y sin explicación alguna salió de peligro, pero necesitaría cuidados especiales.

Tomé una decisión en ese momento y renuncié a mi trabajo. Me dediqué a cuidarle: dieta, visitas al médico, compra de medicamentos, mantenimiento de la casa, todo eso fue todo el 2000. Al principio estaba muy bien, cuidándose y visitando al médico, pero ya para mitades de año empezó a beber de nuevo, a dejar de comer adecuadamente, hasta que para Agosto ya no le importaba, yo tenía que salir tras el por las noches para cuidarle, se escabullía a escondidas; escondía botellas de licor por toda la casa; faltaba a las citas médicas, hasta que dejó los medicamentos recetados.

Me harté de la situación y para inicios del 2001 encontré trabajo, en cuanto pude, monté departamento. No soportaba verlo tomando.

De entonces a la fecha van nueve veces más que se le interna de urgencia, siempre recuperándose; en todas ha necesitado transfusión de sangre, lo que ha sido un problema para mis hermanos y para mi, ya que no es fácil conseguir donadores, simplemente la vez pasada necesitó 8 unidades de sangre y para la de ahora calculan 6.

Todos los médicos que lo han tratado han dicho que lo que tiene se puede sobrellevar, el hígado se recupera y no tiene daños graves masque en el estómago. Si hiciera dieta, llevara un tratamiento médico y ciertos cuidados muy sencillos su estado de salud mejoraría tremendamente. Todas y cada una de las veces mientras está en el hospital sus promesas, “ahora sí, la ví cerca” “ en serio ahora voy a cuidarme”.

Pero no… un par de semanas y el Señor de nuevo deja de comer, se desvela, empieza a beber y … la rutina de siempre.

Es por eso que estoy muy enojado, cansado, fastidiado, harto y triste.