Verdecronopio.... meditando en la esquina

Un lugar donde pienso en voz alta, en donde puedo decir mis indiscreciones y alguna que otra chispa de inspiración.

Thursday, July 08, 2004

Una escuela para esposas

Muchas jóvenes quieren ser las cónyuges perfectas. Para ello estudian un programa escolar que les revela que el secreto de un matrimonio feliz está en sus manos. Agujas, hilos, sartenes y flores frescas son las herramientas fundamentales. También reciben consejos: no hablar mal de un presidente, no elegir un comunista por marido y no usar turquesas en invierno. Día Siete estuvo en una clase.
TEXTO: ÁGATA SZÉKELY

Tota Topete imparte las clases en su casa de Jardines del Pedregal.

Tienen un espagueti recién cocinado entre los dedos y le miran el centro para verificar el blanco interno minúsculo que indica que está al dente. Lo miran con atención y se lo pasan una a otra. La mayoría de ellas tiene poco más de 20 años, aunque un par pasa los 30. Otros días acude el grupo adolescente, integrado por niñas de 13 a 18. A ellas les cuesta más trabajo concentrarse, aprender. Es México, DF, un jueves lluvioso del siglo XXI. Es una casa de la residencial colonia Jardines del Pedregal, en el sur de la Ciudad de México. Es la escuela para esposas de Tota Topete. Es el módulo culinario, la última de tres horas y media de clase. Antes hubo costura: cómo hacer un ojal, cómo poner una presilla; arreglos florales: cómo poner flores en un florero redondo, y en uno ovalado, e imagen: cómo hacer que digan “qué bonita te ves, y no qué bonito está tu suéter”.

Tota es madre, abuela y técnica en educación familiar, carrera que ya no existe. Desde hace más de 40 años, da clases a mujeres sobre cómo llevar un matrimonio feliz y ser “completas” y “perfectas”. Los cursos están repletos y siempre hay lista de espera. La fórmula de la felicidad parece ser la misma que cuatro décadas atrás: “El hombre se casa con la ilusión de que la mujer le cocine, y las primeras desilusiones, problemas y dificultades vienen al ver que ellas no saben hacer nada”, advierte. Y continúa: “Los hombres son mejores cocineros que las mujeres, claro, pero no les toca.
Ahora dicen que todo lo deberíamos de hacer iguales. Pero yo creo que no. Dios nos hizo diferentes para algo. El ideal de este curso es que el matrimonio nunca termine. Porque eso es lo que les enseño: que hagan feliz al esposo y él las valore y sepa agradecer que sean amas de casa perfectas”.

Inconvenientes en la elección del esposo
Tota divide su curso en varias materias que considera indispensables en un noviazgo que apunta al matrimonio. Lavar, planchar, almidonar, usar la lavadora y la secadora forman parte de la asignatura “Economía doméstica”; cómo poner la mesa, de qué lado se sirve, de qué lado se recoge, los arreglitos de flores, cómo poner servilletas bonitas son cosas que se aprenden en “Etiqueta social” y constituyen una herramienta para “subir el nivel”, porque “no se sabe si el hombre va a ir al Senado, si será diplomático, o trabajará en la ONU, y hay que estar preparada para todo”.
¿Cuándo se hizo necesario que las mujeres tomaran clases para ser buenas esposas? “Cuando las chicas empezaron a ver la necesidad de estudiar tanto y cuando todas estas artes domésticas dejaron de enseñarse en el colegio”, responde Tota. “A fuerza tenemos que saber computación todos, pero una clase de cocina vendría muy bien y una de costura también.”
Las alumnas están de acuerdo y observan a su maestra con atención cuando dibuja un círculo (que hace las veces de florero visto desde arriba) en la pizarra y lo divide en cuatro para colocar las flores en forma simétrica. “Si ustedes no saben hacer esto, no saben hacer nada”, dice Tota. Una de las estudiantes, rubia y maestra de kínder, se acerca y le toma fotos al procedimiento con su cámara digital. Las enseñanzas de la sección floral se imparten durante unos 60 minutos.
También hay teoría. Tota entrega a cada una de las estudiantes de la escuela una carpeta pesada que, además de dibujos de servilletas posibles y distribución de copas, tenedores y cuchillos de todo tipo y factor, muestra las claves básicas para encarar la relación entre hombre y mujer y el matrimonio. Hojeándola, se puede leer en los cuadros sinópticos de la sección de “Formación familiar”: “Inconvenientes en la elección del esposo: un hombre vicioso, de diferente educación, cultura, posición social, nacionalidad o raza. Errores del matrimonio: maniqueísmo, protestantismo, materialismo, positivismo y comunismo”. Otros consejos en el área “Superación” recomiendan: “No hables mal de un país, de un presidente, de una persona pública, esto te compromete”.

Luz y Rosa María, ambas de 22 años, recién graduadas en Administración internacional, se casarán a fin de año y hablan de cómo serán sus centros de mesa. Decidieron tomar el curso “porque no sabíamos hacer nada”. Myriam tiene 32, es médica, se dedica ala investigación y no piensa casarse, pero cree que necesita el curso para ser “una mujer completa”.
“Todas son universitarias o van a estudiar carrera, pero comprenden que si no llevan bien su hogar algo va a cojear, algo va a estar mal”, explica Tota. “Si aprenden todas estas técnicas, va a ser más fácil que no sufran diciendo qué difícil es el matrimonio; muchas veces no lo es, sino que no saben pegar un botón, no saben subir un dobladillo, hacer arroz, hacer una salsita verde rica. Si tú rápidamente remiendas tu dobladillo, todo va sobre ruedas, las cosas van bien.”

Un secreto maravilloso
La clase continúa en la sección “Imagen”. Ahora hay revuelo, se habla de moda, de joyas posibles e imposibles. ¿Eres primavera, otoño, verano o invierno? Se es una determinada estación del año según el color del pelo y de la piel. Tota indica las páginas de la carpeta que se deberán leer como tarea. Las joyas doradas están prohibidas para el invierno. Una imagen de la reina británica Isabel II es utilizada como ejemplo de una mujer que suele llevar joyería impresionante pero no excesiva. De allí se pasa a la sección “Cocina”, donde las doncellas aprenderán a hacer espagueti y sopa de pescado.
Tota se instala tras la mesa como si fuera a dar clases por televisión. Detrás, de fondo, la secunda el servicio doméstico: dos niñas que lavan, pican y le sacan la carne al hueso. “La mujer tiene que saber hacer las cosas para mandar. Ése es un secreto maravilloso. Si no, no puede exigir y le toman a una el pelo muy fuerte”, sentencia.
Luego muestra un tupper con verduras congeladas: “Esto es un ajo, un poro, un apio...”. Las alumnas apuntan en sus cuadernos y no se mueven de sus sillas.
La cocina es el ámbito propicio para los chismes cómplices y para platicar. Ahora el tema es la bibliografía del curso: Las tres etapas del matrimonio, de Guillermo Ortiz; Femineidad fascinante, de Helen Andelin, y Mujer total, de Marabel Morgan. A Laila, casada hace ocho meses, Femineidad fascinante le pareció exagerado: “Habla de cómo rescatar al hombre, de hacerle sentir que lo admiras, pero como que se va al extremo de ‘tú no vayas a trabajar, no vayas a hacer nada porque no lo vayas a hacer sentir mal a él’, pero está bien que sea exagerado, como que lo entiendes un poco; lo que dice es que el hombre necesita sentirse admirado y que si se siente admirado te va a dar cariño, que es lo que la mujer necesita, básicamente, ¿no?”.
¿Se habla de sexualidad? Sí, pero hoy no hubo tiempo. Se sabe, claro, que “las relaciones prematrimoniales son enfermizas”, y las “no relaciones” postmatrimoniales, inconvenientes. Es decir, si él quiere, ahí hay que estar disponible, como ha dicho Tota: “El sexo es hoy en día un gran problema. El estrés de vivir y trabajar en una gran ciudad puede inhibir la libido. Les digo que deben hacerlo y con pasión, incluso si eso significa echarse una siesta antes de que sus maridos vuelvan a casa”.
El techo de vidrio del aula culinaria muestra que está atardeciendo. Las jóvenes se disponen a probar los platillos que Tota enseñó a preparar. La mesa, primorosa, está puesta desde temprano. Afuera ya no llueve, sigue siendo jueves, y sí, también sigue siendo el siglo XXI.

La tarea
“Acepta a tu marido tal como es. Haz dos listas, una de sus defectos y otra de sus cualidades. Lee atentamente la lista de los defectos y rómpela; no vuelvas a pensar en ellos. Acuérdate sólo de sus virtudes.”
“Levántate más temprano que tu marido, arréglate bonita, recuerda que tienes la competencia de todas las mujeres arregladas que él va a encontrar en la calle y en la oficina.”
“No dejes que la preocupación por ‘tus derechos’ te impida ser agradecida.
Da las gracias a tu marido por todas las pequeñas cosas de la vida, y él empezará a concederte esos ‘extras’ que tú siempre deseaste. Si eres una mujer que trabaja, él necesita tu apoyo y tu agradecimiento todavía más, ya que su masculinidad puede sentirse amenazada por tu paga.”
(De Mujer total, de Marabel Morgan, editado por Plaza y Janés.)
“Si un hombre no ama a su esposa con todo su corazón y con toda su alma, la culpa es de la esposa. Un hombre deja de adorar y de apreciar a una mujer después del matrimonio porque ella deja de hacer las cosas que despiertan esos sentimientos.”
“Muchas mujeres preguntan ¿debo aceptar el alcoholismo de mi esposo? [...] En primer lugar, debe comprender que el alcoholismo es la más difícil de superar de todas las debilidades. Tendrá que adquirir cierta comprensión de la profundidad del problema al cual se enfrenta el hombre. Sé que ya le han dicho esto antes, pero he aquí lo que puede hacer para que esa simpatía sea real. Una vez al mes ayune durante tres días, prescindiendo de cualquier alimento o bebida, sin tomar nada que no sea agua, o bien, renuncie a fumar, a tomar café, dulces o cualquier otro hábito que la esclavice. Muy pronto tendrá una idea de lo que puede esperar de un hombre cuando le pide que renuncie a ese hábito que lo tiene esclavizado.”
“Eviten las expresiones duras o de amargura, el entrecejo fruncido o un gesto duro alrededor de los labios, ya que todo eso destruye la femineidad.”
“No traten de superarlo: para ser femeninas, no compitan con los hombres en nada que requiera una capacidad masculina. Además, no traten de competir con ellos por una promoción en el trabajo, por un salario más elevado o por obtener mayores honores.” (De Femineidad fascinante, de Helen Andelin, publicado por Edivisión.)

5 Comments:

At 12:44 PM, September 17, 2006, Blogger Solondra said...

¿Qué más se puede decir, que el texto no diga?
Es una verdadera joya, gracias por compartirlo. A ver si me meto a esa escuela y agarro marido, pero definitivamente le voy a preguntar primero si es comunista o no...

 
At 7:01 AM, June 03, 2007, Anonymous Anonymous said...

Tendré que ir a México a buscar una esposa de verdad... que las españolas se han vuelto muy rebeldes jajajajaja

 
At 11:41 AM, June 06, 2007, Anonymous Anonymous said...

Hace tiempo una feminista llamada Ether Vidal se dió cuenta de que las mujeres siempre habíamos sido unas "amas dominantes" de nuestros esclavos: los hombres. Había que defenderlos y alzar la voz en su favor... Así, escribió el sincero pero irónico "Varón Domado"

Marabel Morgan es una mujer completamente fascinante que estudió Filosofía en Ohio y se graduó con Matrículas de Honor.

Quiere decirle a usted que todo lo que escribe está completamente distorsionado. Tengo "Mujer Total" en mis manos y el capítulo de SUPERSEXO abierto donde no dice en ningún momento que debas aceptar sumisamente tener relaciones sexuales con tu marido sino una cosa muy distinta: que las relaciones sexuales en el matrimonio no entienden de límites, que yo como mujer puedo disfrutar y que a mi marido le hace feliz disfrutar conmigo en la cama. Estás tan equivocado...

No tiene nada de malo admirar a mi marido, halagarle. Él lo hace conmigo. El matrimonio se basa en un apoyo mutuo e incondicional. Ustedes lo que desean es el fín más machista que se puede desear, a saber: convertir a las mujeres en hombres, como si fueran perfectos...

¡Ojalá la mujer fuera más mujer y el hombre más hombre para merecer considerarse persona!

Estoy completamente de acuerdo con el tema de que no elegir a un hombre de otro statud, educación, raza o nacionalidad, religión o ideología política.

Como digo habitualmente: LA REVOLUCIÓN FEMINISTA HA CONSEGUIDO CONVERTIR A LA MUJER EN LA CLASE DE HOMBRE QUE SIEMPRE DESPRECIÉ.

Al igual que un hombre NO puede ser promiscuo, y es que yo quiero a un hombre casto, inteligente y culto como padre de mis hijos; una mujer debe ser pura y decente.

Por cierto, se dice "HABLAR", no "PLATICAR"... vaya usted a la escuela.

 
At 4:58 PM, May 04, 2008, Anonymous Anonymous said...

Alguien me puede decir donde esta la escuela de Tota??

 
At 8:09 PM, May 04, 2011, Anonymous paty mendoza said...

Quisiera saber si ustedes saben de una escuela parecida en amonterrey?

 

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