Verdecronopio.... meditando en la esquina

Un lugar donde pienso en voz alta, en donde puedo decir mis indiscreciones y alguna que otra chispa de inspiración.

Friday, September 24, 2004

Del Viaje y voyerismos

Hoy salgo de viaje al DF, por parte de la empresa me están mandando a capacitarme para tomar las actividades de una compañera que tomará incapacidad por embarazo. Yo debería irme el Lunes, y estarme ahí hasta el miércoles, pero ¡cómo desaprovechar la oportunidad la oportunidad de estar un fin de semana en el DF! Así que pedí que el vuelo de ida fuera para hoy.

Con la manía que tengo de la impuntualidad, y agregándole el pánico que tengo a perder un vuelo he llegado al aeropuerto una hora y 45 minutos antes del vuelo, me encuentro en la sala de espera y me he podido dedicar un rato a una actividad que em encanta y divierte mucho: el voyerismo.
Esto es un arte, ya que el poder ver a la gente sin que se de cuenta de que se está haciendo es clave.
Yo empiezo con ubicarme en un algún lugar estratégico en el que pueda estar viendo el panorama completo del área, el ideal es donde pueda ver a la gente desde poco antes de entrar al lugar y por supuesto que tenga los menos estorbos hacia la gente que ya está ahí.

Después, hay que aparentar indiferencia, no se puede ser evidente en lo que se está haciendo, es bueno tener algo a la mano, una libreta o una computadora son ideales ya que el levantar la mirada hace creer que se esta uno inspirando. Un libro o un diario funcionan también pero no son tan efectivos.

Regla importante: ser ecuánime: nada de lo que se ve debe generar emoción alguna. Se escuche lo que se escuche, se vea lo que se vea; lo importante es: Aquí no pasa nada. Hay ocasiones en que lo que sucede es demasiado impactante, es por eso que hay que utilizar ese recurso (libreta, diario o computadora) para no delatarse como voyerista.

Importante es realizar paneos, observar toda el área y ver cómo van reaccionando los observados ante lo que sucede. Puede ser que un mesero se tropiece, que un niño llore, que una música suene; en fin son muchas las cosas que pueden suceder, y si se tiene el expertice, puede uno adelantarse a los hechos y hasta adivinar la reacción.

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